SOME STRINGS
Cineastas y artistas de todo el mundo han hecho posible Some strings, un conjunto de gestos cinematográficos inéditos que tiene sus raíces en Palestina, donde el poeta y profesor Refaat Alareer fue víctima de los ataques israelíes junto a siete miembros de su familia. En su último poema, If I Must Die (Si he de morir), publicado cinco semanas antes de su asesinato, Refaat Alareer llama a quienes vivirán después de él a crear una cometa –un antiguo objeto de resistencia– con trozos de cuerda y algunos hilos (some strings), al igual que cada uno de sus lectores, y que lo reciba como su legado.
Las cometas aquí son una diversidad de puntos de vista que comparten un espacio contra los silencios, la indiferencia internacional y la continua aprobación de muchos Estados, que ya están fabricando confusiones alrededor de la memoria de la mayor masacre de civiles del siglo XXI. El exterminio sistemático del pueblo palestino en suelo palestino está teniendo lugar ante nuestros propios ojos, y la diplomacia internacional está fracasando a la hora de impedir los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y las acciones genocidas.
Es importante recordar que el genocidio se produce siempre que negamos el vínculo orgánico de las poblaciones con el genos, con lo que tenemos en común. Cuando el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dice que enfrente hay animales humanos, está expresando pedagógicamente intenciones genocidas. Cuando el Presidente de Israel dice que no hay diferencia entre civiles y combatientes y somete a toda la población palestina a un castigo colectivo, cuando los ministros del gobierno israelí afirman que el uso de bombas nucleares contra Gaza es plausible, cuando descubrimos planes para el desplazamiento masivo de palestinos, cuando la ministra israelí de Igualdad Social y Empoderamiento de la Mujer declara que está orgullosa de las ruinas de Gaza y que, dentro de 80 años, todos los bebés podrán contar a sus nietos lo que los judíos hicieron allí, nos enfrentamos no sólo a intenciones genocidas, sino a una de las declaraciones de culto a la violencia más sórdidas e intolerables que puedan imaginarse. Vladimir Safatle, abril de 2024 (Universidad de Sao Paulo).
Lanzado en marzo de 2024, Some Strings ha reunido hasta ahora a más de cien artistas, produciendo casi 6 horas de cortometrajes, proyectados desde el 25 de junio en salas de cine y festivales de todo el mundo como programas previos o de forma continua. Some Strings se ha adaptado a todo tipo de espacios comunitarios, campamentos de protesta y centros artísticos.
Esta iniciativa seguirá construyéndose y su difusión se realizará a corto, medio y largo plazo.
Filmmakers and artists from around the world have formed Some strings, an ensemble of unreleased filmic gestures that is rooted in Palestine, where poet and teacher Refaat Alareer was targeted by Israeli strikes along with seven members of his family. In his last poem, If I Must Die, published five weeks before his murder, Refaat Alareer calls those who should live to create a kite a long standing object of resistance with bits of string and Some Strings, just like each of his readers, receives it as a legacy.
The kites here are a diversity of views that share a space against the silences, international indifference and continued approval of states, which are already fabricating memorial confusions about the greatest civilian massacre of the 21st century. The systematic extermination of the Palestinian people on Palestinian soil is taking place before our very eyes, and international diplomacy is failing to prevent war crimes, crimes against humanity and genocidal actions.
Its important to remember that genocide occurs whenever we deny the organic link of populations to genos, to what we have in common. When Israeli Defense Minister Yoav Gallant says that there are human animals opposite, he is pedagogically expressing genocidal intentions. When the President of Israel says that there is no difference between civilians and combatants and subjects the entire Palestinian population to collective punishment, when Israeli government ministers claim that the use of nuclear bombs against Gaza is plausible, when we discover plans for the mass displacement of Palestinians.nes, when the Israeli Minister for Social Equality and Womens Empowerment declares that she is proud of the ruins of Gaza and that, in 80 years time, all babies will be able to tell their grandchildren what the Jews did there, we are confronted not only with genocidal intentions, but with one of the most sordid and intolerable declarations of the cult of violence imaginable. Vladimir Safatle, April, 2024 (Sao Paulo University).
Launched in March 2024, Some Strings has so far brought together over 100 artists, producing nearly 6 hours of short films, shown since June 25 and with no limit on dates, all over the world, cinemas and festivals as pre-programs or continuously. Some Strings can be adapted to all kinds of community spaces, protest camps and arts centers.
This initiative will continue to build and its diffusion will take place over the short, medium and long term.